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Geofísica - Ondas Sísmicas

Fecha de Publicación: 11/8/2004

Ondas Sísmicas

Al definir sismos habíamos hablado de una dispersión de energía, a partir de un hipocentro, en forma de vibraciones.

Estas vibraciones son las ondas sísmicas y en principio se dividen en dos tipos: longitudinales y transversales.

No obstante se debe tener en cuenta también a las ondas largas aunque actúen solamente en las rocas de superficie.

Las longitudinales son las que se propagan con mayor velocidad, las primeras en manifestarse y se las llaman también ondas “P”.

Estas “P” se desplazan con un movimiento ondulatorio, similar a las vibraciones del sonido, y su dirección coincide con la de propagación de la onda.

Las transversales en cambio, se propagan a menor velocidad y en un plano transversal a la dirección. Se las llama también ondas “S” y se pueden asimilar a las de la luz.

Finalmente las ondas largas u ondas “L”, de velocidad aún menor, que parecen propagarse solamente en las capas rocosas superficiales (hasta 30 Km.) y que son las más destructivas.

Se dividen, a su vez, en ondas Raleigh y ondas Love. Las primeras se desplazan con un movimiento similar a las ondas marinas en tanto que las segundas producen una amplia vibración horizontal.

Sismógrafos

Para detectar y cuantificar los sismos se utilizan los sismógrafos. Luego estos se complementan con distintos tipos de instrumental como ser sismómetros, sismoscopios y detectores diversos.

El principio de detección se basa en tener un elemento fijo y otro que se mueva solidario con el terreno. Lo primero que se usó fue el péndulo, luego una combinación de péndulos, amortiguadores y resortes hasta llegar a los sofisticados aparatos electrónicos de hoy.

En la figura 1 y 2 se muestran dos modelos de sismógrafos rudimentarios que sirven para medir los movimientos verticales u horizontales de las ondas.

Luego, un sismómetro, es un aparato sencillo que solo mide magnitudes de onda en tanto que un sismoscopio sirve para graficar las vibraciones según los distintos tipos de terreno.

La intensidad y magnitud de los terremotos se miden de acuerdo a escalas. Las más conocidas son las de Mercalli y Richter.

La escala de Mercalli mide los sismos, en forma subjetiva, con diferentes “grados” que van del 1 al 12 de acuerdo a la destrucción producida por el evento. Un sismo de “grado 1”, por ejemplo, es solo detectable por aparatos sensibles en tanto que el “grado 12” habla de destrucción total en todo el radio de acción.

Richter, en cambio, en 1935 desarrolló un sistema de cálculo más preciso de la magnitud de los terremotos basándose en la relación de la amplitud de onda y la distancia al foco, medida en función de los tiempos de llegada de las ondas “P” y “S”.

Con esto diseñó una escala abierta que refleja con mayor exactitud las energías desarrolladas en cada uno de los movimientos y que sirve para comparar unos con otros.

Geológo Ricardo Timón